La presión 1-3-1

El baloncesto es uno de los deportes tácticos por excelencia. De hecho, muchos entrenadores de otros deportes lo observan para "tomar prestadas" algunas ideas. Una de las más interesantes es la presión 1-3-1 para defender.
La presión 1-3-1
Abel Verdejo

Revisado y aprobado por el fisioterapeuta Abel Verdejo.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 26 mayo, 2023

En el baloncesto, una variante defensiva de la que podemos hacer uso para asfixiar al contrario, retrasar su salida de balón, recuperar la pelota en su campo y anotar canastas fáciles es la presión 1-3-1. Si deseas saber en qué consiste, quédate leyendo el siguiente artículo.

Se trata de una táctica especialmente útil si se alterna con defensas a media pista e individuales, de forma que el equipo contrario no esté preparado para ello y caiga en la trampa. En la medida de lo posible, sería interesante huir del típico: “Si metemos canasta, presión a toda la pista, y si no metemos, defendemos atrás”.

Si caemos en estos tópicos, el adversario podrá preparar la respuesta a nuestra defensa en cualquier tiempo muerto; entonces, veremos superada nuestra presión con facilidad. Esto, seguramente, producirá un aluvión de canastas en contra, que muy probablemente nos cuesten el partido.

Varios tipos de presiones

Antes de plantearnos que tipo de presión queremos aplicar, es interesante hacer un análisis de la situación y del contrario.  ¿Qué queremos? ¿Retrasar la salida de balón o robar balones? ¿Al rival le quedan tiempos muertos? ¿Cuáles son los puntos fuertes del contrario?

Una vez que hayamos dado respuesta a estas preguntas, existen variantes de presiones a las que podemos recurrir. Entre ellas, la presión 1-3-1, a la que vamos a dedicar este artículo.

Presión 1-3-1: qué es y para qué sirve

El primer objetivo de esta defensa es presionar el saque; este hecho es muy importante, pues podemos conseguir una violación de cinco segundos y recuperar el balón. Sin embargo, la principal misión es impedir que el balón llegue al carril central.

Para lograrlo, otorgaremos al rival los laterales comenzando la actividad defensiva en el momento que el otro equipo reciba en esta posición y empiece a botar.

Para trabajar esta presión, cada jugador debe conocer las posiciones en las que se divide el campo defensivo. Esto es, transversalmente, por la prolongación imaginaria de la línea de tiro libre; longitudinalmente, en la línea imaginaria que uniría ambas canastas. Se dejan así las posiciones a derecha e izquierda.

Conceptos básicos de la presión 1-3-1

Los conceptos básicos de esta presión son tres. En primer lugar, hay que apostar por realizar 2 x 1 en las esquinas. Los motivos son obvios, pues el rival tiene una dirección menos por la que esquivarnos. Así, salvo un espectacular regate, únicamente podrá hacer uso del pase para superarnos.

Conceptos técnicos del juego sin balón en baloncesto.

En segundo lugar, si queremos evitar que toda la defensa se venga abajo —probablemente con una canasta en contra—, debemos evitar que no reciba el atacante del centro. Siempre se debe tratar de llevarlo a las bancas.

Teniendo en cuenta los dos primeros principios, el jugador que se encuentra más avanzado en la presión debe defender con los pies perpendiculares, antes de orientarse según el movimiento de balón.

Distribución de la presión

Nuestro jugador más adelantado —normalmente, el base— debe colocarse más o menos a la altura del tiro libre. Como ya hemos dicho, debe estar orientado con los pies a la línea de fondo para, posteriormente, dirigirlos hacia el balón o hacia el lado que preferimos llevar el balón.

Más atrás, empezando por la línea de triple —sin importar el lado— se colocan escalonadamente a nuestros jugadores exteriores —dos, tres y cuatro— y se deja al center el cierre de la presión más allá del centro del campo para eventuales pases largos o roturas de la presión.

Desarrollo de la presión

Evidentemente, no existe una única manera de realizar de esta presión, puesto que deberemos ejecutarla en función de las reacciones del contrario.

Si el oponente saca el balón a la banda en la que tenemos a nuestro jugador más adelantado de la línea escalonada de tres, este bajará ligeramente para taparle la salida por banda —siempre después de haber empezado a botar— mientras nuestro base debería cortarle la salida a centro con el cuerpo.

Como hemos dicho, siempre dependerá de la colocación de los rivales, pero lo ideal sería que el tres diera un paso hacia atrás, situándose junto a nuestro cuatro, más o menos a la altura del centro del campo.

En cambio, si el contrario pasa el balón al centro, debemos ser pacientes y esperar a que ellos mismos decidan por qué lado quieren atacar. Recuerda que debemos evitar a toda costa cederles el centro.

Mientras esto sucede, nuestro cuatro debería bascular, quedándose más o menos a la misma altura de nuestro dos; en tanto, el jugador número tres tendría que retrasar su posición hasta la línea central. Como podéis observar, en este momento, nuestra defensa ha pasado más a ser una 1-2-1-1.

Cuando el rival ya escogió un lado de ataque

A partir de aquí, elija el lado que elija el atacante, la ejecución es muy similar. El jugador situado en el triple avanzará para encimar al jugador con balón y le cerrará la banda. Por su parte, el jugador de punta le tapará la salida a centro.

Tanto el otro jugador del triple como el que está situado en el centro del campo deben avanzar un paso en dirección a la posición que ha dejado libre el jugador en punta. Una vez allí, deben permanecer atentos a posibles pases que rompan la presión.

Pases en baloncesto.

Además, el jugador que cierra la presión tiene que atender a interceptar los posibles pases en largo que el contrario realice. Estos movimientos de balón serían fatales para nuestros objetivos.

Si nuestra línea de tres se ve superada —algo que nunca debería pasar— debemos mantener la calma y evitar correr como locos a tapar el balón y realizar ayudas. En estos casos, lo ideal es correr atrás para superar el balón y recuperar posiciones defensivas en nuestra canasta para protegerla.

Esta solución de emergencia convierte en una idea muy interesante combinar la presión con la zona. Si hemos visto cómo nuestra zona caía, intentar localizar a nuestro hombre para realizar defensa uno contra uno, puede ser una tarea hercúlea.

Como habéis podido ver, sobre el papel queda todo muy claro y parece fácil de ejecutar; sin embargo, como todo en deporte, dos más dos no siempre es cuatro. Os dejamos aquí un par de vídeos para que os ilustréis sobre este tipo de defensa y podáis resolver las dudas que os queden.


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